Todo es energía

El paradigma de la energía es un aspecto de la vida que está entrando en auge en estos tiempos, aunque siempre ha estado ahí, conformando el mundo de la materia y el espíritu. Al final todo es la misma energía o vibración a distinta escala. El viento es una forma de energía, los aromas, la dureza de una piedra, el pensamiento e inteligencia, la fuerza bruta, los sabores…todo es energía, y estamos experimentado sus matices, para ello necesitamos del vehículo adecuado que aunque sea denso también es de energía, el cuerpo.

Si la energía sutil, o por lo menos una muy refinada como puede ser la energía espiritual no cambiara de escala vibratoria cuando la recibimos, de poco nos serviría, sería como comer alimento y que el cuerpo no la digiriera, no sirve para nada si no es capaz de sacarle los nutrientes y transformarlos en algo útil para él.

La energía vibra y por ello distintas energías afectan de forma diferente al organismo, de ahí seguramente la devoción a distintos santos, para la salud, amor, prosperidad, fortaleza, inteligencia, y un sin fin… ya que a través de la oración se está invocando distintas cualidades divinas, dicho poéticamente, o distintas frecuencias energéticas más pragmáticamente. A través del trabajo energético estamos realizando aquello que los religiosos consiguen con las distintas oraciones, da igual la tradición religiosa mientras nos conecte a lo espiritual, porque llega un tiempo en que con la práctica del Reiki te das cuenta que hay una inteligencia, conciencia, energía, o Dios. Aunque lo bueno es que lo creamos o no, que hay un Dios, la energía sigue funcionando.

Cada tradición tiene sus oraciones que son el equivalente entre una y otra, se recitan para obtener lo mismo pero con distintas palabras. Es maravilloso descubrir, gracias a la sensibilidad que se ha ido desarrollando con el trabajo con Reiki, que no importa qué oración recites, ya que todas van dirigidas a la conciencia universal o energía que todo lo envuelve, sientes inmediatamente como esta fluye.

Para no desviarme mucho diré, que si es cierto que Reiki no necesitas más que de la voluntad de la persona para que fluya, es cierto que la creencia en algo superior facilita este flujo, ya que el hecho de creer es igual a tener fe, y tener fe es confiar, por lo que la persona que recibe o da Reiki, se abre a la energía permitiendo que esta fluya mejor y por lo tanto más efectivamente.

La intención puede mover montañas, hace años alguien me dijo que la capacidad de actuar de la energía está marcada en parte por lo que seamos capaces de aceptar, no es que no pueda obrar milagros, pero el milagro se da cuando lo permite la persona. En las distintas corrientes que trabajan con la energía que he conocido siempre se insiste en el hecho de entregarse y en Reiki no es distinto. Se trata de convertirnos en una caña hueca por donde pueda fluir la energía sin obstáculos por nuestra parte. Si así lo hacemos la experiencia con Reiki se transforma, ya que nos mueve la intuición y lo que debemos hacer a cada momento más que el interés por conocer, demostrar, probar, que Reiki funciona.

Si nos limitamos a dudar bloqueamos el flujo energético cuando podría ser un caudal ilimitado de ayuda en distintas formas, atraemos aquello que creemos y sentimos bloqueando el resto, de ahí que distintas personas tengan distintas experiencias sobre una misma situación. La vida nos demostrará aquello que queremos, positivo o negativo, y seguramente en base a ello diremos que tal cosa es así cuando el otro dice que no, que es de otra manera porque él lo ha vivido en base a lo que la vida le ha dado por ley de atracción, y lo jurará hasta sacar la sangre si es necesario. Por ello se oye la expresión que cada persona tiene su propia verdad.

Reiki, por ser una energía que favorece la armonía, afectará todas aquellas situaciones en las que le permitamos fluir y llenar con su fuerza, provocando situaciones que a menudo nos sorprenderán, sincronicidades en pos del mejor fin para todos los involucrados. En resumen, Reiki nos puede ayudar a crear la sincronicidad adecuada, a atraer aquello más positivo en cada momento. Para ello la energía sutil adquiere los matices energéticos, frecuencias adecuadas para el orden necesario. De ahí también la importancia de una mente positiva, ya que si pensamos negativamente aquello que queremos desechar de nuestra vida, enfermedad, cambio de situación laboral, amigos, etc… adquiere más fuerza ya que es lo que atraemos y no permitimos que lo nuevo fluya, por eso muchas veces hay personas que obtienen resultados más rápidos que otros trabajando con la energía, pues obstaculizamos su ayuda. No hay que olvidar que enfocarse en algo es dirigir energía, no sólo Reiki y alimentar aquello positivo o negativo.

©Rita Páez  – http://ReikiEnCastellon.com

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