¿Reiki no te funciona? te explico porqué

Decimos que algo funciona cuando cumple, activa o pone en marcha una acción o proceso, que genera un cambio o transformación o una utilidad. Dentro de nuestro paradigma vital todo funciona con energía, es esta la que determina nuestra vitalidad, nuestra voluntad, nuestra disposición a los quehaceres, nuestra actividad mental, todos nuestros procesos biológicos y hasta la calidad de nuestras relaciones interpersonales.

Una chimenea requiere fuego, un coche necesita combustible, una máquina, energía eléctrica, tú también precisas de combustible vital para funcionar (ki), y este a veces puede estar bloqueado y sentirás que escasea o merma. No hay pocas situaciones en la vida que nos pueden inducir a ello.

Cualquier problema, ya sea físico, mental o emocional, está precedido y acompañado de bloqueos energéticos, siempre hay algún entorpecimiento en el flujo de la energía vital. Y la gran mayoría de veces, resolverlo es incluso la única solución o al menos el primer paso necesario para empezar a poner en marcha un proceso para cambiar las cosas.

De ello resulta obvio que aprender y practicar Reiki con regularidad suavizará los problemas y devolverá la tranquilidad a nuestras vidas. Pero eso no siempre es lo que experimenta la gente. Y esto es lo que podría salir mal si has estado practicando Reiki con regularidad y aún no experimentas beneficio

¿Es tu práctica lo suficientemente buena?

He descubierto que el factor más común entre las personas que se quejan de que Reiki no está funcionando es la falta de una práctica adecuada. Puede ser que no la hayas convertido siquiera en un hábito cotidiano o frecuente, sino que lo practicas muy de vez en cuando.

Acumulamos energías pesadas todos los días, y esta es la causa de nuestros problemas. Si no eliminamos adecuadamente las toxinas que recogemos todos los días, entonces se acumulan con el tiempo y difícilmente veremos ningún beneficio. Siempre me gusta compararlo con el aseo diario, sabes que cada día es necesario y si lo dejas pasar, no te sentirás bien, y aún peor, serás una molestia para otros… Lo mismo aplica cuando nuestra energía vital no se hace circular y renovar con frecuencia, tarde o temprano acabas acusando algún tipo de desorden o desequilibrio interno e incluso siendo más proclive a trasladar el malestar a tus relaciones.

Otra cosa que me encuentro, es que muchas personas tienden a tratar solo unos pocos chakras (aquellos en los que creen que es más necesario), y durante solo unos minutos todos los días. Sería el equivalente a limpiar sólo una o dos zonas de la casa y dejar las otras olvidadas… ya puedes imaginar posibles consecuencias.

Un mínimo de 30 minutos de práctica de Reiki sería lo ideal. Si es un problema físico lo que estás tratando de sanar, recuerda verificar si estás pasando suficiente tiempo en los chakras inferiores, ya que estos necesitan mucha más armonización que los superiores por lo general. Realmente los siete chakras deben tratarse todos los días, simplemente para limpiar el sistema.

Si queremos progresar en nuestras vidas, entonces haremos bien en dedicar más tiempo a sanarnos a nosotros mismos. No hay atajos: si te comprometes en tu práctica, la vida se compromete a mostrarte resultados.

¿Le estás dando suficiente tiempo?

Cada asunto a tratar tiene una curva: comienza, se intensifica y luego desaparece. Si hemos comenzado a sanar algún tema, antes de que haya alcanzado el pico, los problemas puede parecer que empeoran o permanecen sin cambios durante un tiempo hasta que se produce definitivamente la sanación.

Muchas de las cosas que pretendemos sanar, llevan mucho tiempo en nuestro interior, de modo que también pueden requerir algo de tiempo para ser transformados. Paciencia. Incluso con una herida, tenemos la paciencia de esperar que sane en un tiempo mientras la cuidamos, y eso dependerá del tamaño, no es lo mismo la curación de un grano de acné reventado, que recuperarse de una intervención quirúrgica compleja. En ambos casos, hay un comienzo, hay dolor, molestias, y un cuerpo haciendo todo lo posible por repararse, a veces con retrocesos o complicaciones antes de avanzar. No sucede todo instantáneamente, ni de la noche a la mañana necesariamente…Y si hablamos de temas de corte mental o emocional, la velocidad puede ser aún más lenta, dado que requiere asimilación a niveles más profundos.

En mi experiencia, es perfectamente factible por ejemplo, abordar temas importantes por espacio de semanas o meses antes de su resolución definitiva. Cosas que tampoco se formaron en un día, que pueden llevar muchos años en nuestra psique. De modo que podríamos estar tal vez dos o tres meses mandando energía a un determinado asunto, experimentar un agravamiento incluso (síntoma inequívoco de emergencia resolutiva), y finalmente obtener una buena sanación de algo que llevaba dos años enfermándonos. Esto vale especialmente en asuntos crónicos.

Un maestro con muchísimos años dentro del reiki que conozco, solía decir que se puede resolver algo más o menos en la proporción de un mes por cada año de dolencia, por lo que si arrastramos un asunto por 5 años, tal vez requiramos 5 meses para disiparlo definitivamente. Es una referencia relativa, porque eso también depende del estadío en el que se encuentre el tema (la curva antes mencionada), también he podido ser testigo de curaciones crónicas muy rápidas, producida por lo general porque ya la persona la había puesto de manera consciente o inconsciente en la puerta de salida, por lo que sólo necesitaba un plumazo de reiki para deshacerse de ello.. conozco, por cierto, un ejemplo muy gráfico proporcionado por ese mismo maestro, de un cambio extraordinario en una persona depresiva con apenas un tratamiento. No es lo usual, para nada, pero puede suceder por lo antes dicho.

Estas son lecciones que aprendemos solo con experiencia y observación, pero te recomiendo hagas lo mejor que puedas, cuando Reiki parece estar fallando, simplemente ten confianza y continúa con la práctica.

¿Es un problema o un desafío?

Si tu práctica de Reiki es sólida y regular y aún así los problemas persisten, es importante preguntarte si es un problema o un desafío lo que estás tratando de sanar.

Los problemas son lo que creamos a través de la resistencia a la vida, y Reiki los disipa muy rápidamente. Por ejemplo, podrías tener un problema con tu jefe por temas de ego o inseguridad. Ocuparte de tu sanación regular traerá cambios en tu personalidad y en tu estado interno, por lo que pronto esta relación se armonizará.

Un desafío en cambio, es una dificultad que nos presenta la vida para ayudarnos a crecer y expandirnos. Reiki ayuda a suavizar las cosas tanto como sea posible en tales casos, pero es poco probable que “solucione” el problema. Las cosas se vuelven muy difíciles cuando nos empecinamos en que el problema debería desaparecer, en lugar de centrarnos en las lecciones que debemos aprender de el.

Si practicamos nuestra autosanación de Reiki con una solicitud de que se nos muestre el camino correcto y nos dé toda la fuerza que necesitamos, y junto con eso nos preguntamos repetidamente “¿qué está tratando de enseñarme la vida aquí?”, nos encontraremos avanzando y resolviendo el problema mucho más rápido y eficazmente.

Sin embargo, si seguimos esperando que Reiki resuelva nuestro problema, que nos lo quite de enmedio, experimentando con diferentes modalidades de curación, tratando de ver qué funciona, no nos llevará a ninguna parte, y la vida generalmente hará que el problema sea más serio para que prestemos atención al aprendizaje y las lecciones que conlleva.

Personalmente he constatado que el amor es siempre la solución, y Reiki es un gran despertador de su esencia en nuestro corazón.