… y a veces también se completa tras el movimiento.
“El movimiento es un camino transformador. De acuerdo con mi experiencia, si ponemos nuestra psiquis en movimiento, ésta sanará sola. El enemigo es la inercia, trátese de la energía en el cuerpo, de muros alrededor del corazón o actitudes mentales rígidas. El movimiento es el remedio.
Gabrielle Roth
Esto es algo que puedo verificar continuamente en mí, y en las personas que se acercan al reiki con un proceso de desorden, como en ocasiones prefiero denominar a la enfermedad del cuerpo o del alma.
Cuando la gente se acerca al reiki, por lo general trae en mente el concepto de una energía curativa. Me gusta siempre explicar que es más bien una energía amorosamente armonizadora que impulsa al cuerpo y al alma a curarse a sí mismos. Con el Reiki, energía vital universal, tenemos un acceso directo al ilimitado poder universal que constituye nuestro aliento de vida, un aliento básicamente inteligente, formador, cohesivo, ordenado.
Desde el punto de vista energético, la enfermedad, el estrés mental y emocional, las pérdidas de integridad internas, no son más que desequilibrios, desórdenes de la propia energía que se reflejan de múltiples formas distintas. Reiki moviliza, dinamiza el ki personal, la fuerza viva que nos habita, y la redistribuye disolviendo los atascos que se han producido en la misma, compensando las fugas y recargando nuestras pilas a todo nivel. Una vez provistos de este combustible de alta calidad, lo siguiente es ponernos en movimiento literalmente en aquellas áreas de la vida que lo están demandando.
Como practicante de reiki por muchos años he tenido la oportunidad de ver esta dinámica vez tras vez. Gente que se da y/o recibe reiki, se llena de energía y permanece en los mismos patrones de comportamiento y/o hábitos que le han limitado, retrasando acciones que en su fuero interno sabe que debe emprender o dejar de hacer, palabras que hay que decir, cambios que hay que implementar, pensamientos que expresar, emociones que dejar fluir, lugares o relaciones que hay que dejar atrás, o que hay que alcanzar…. todo alude al movimiento, a ponerse en marcha de un modo u otro. Si esto no se hace, la energía interna que no encontró su cauce, vuelve a estancarse. Esto es especialmente evidente cuando se trata de la estructura corporal, lo he vivido personalmente como metáforas en el cuerpo.
Recuerdo que al poco de llegar a este país a establecerme, empecé a padecer de una fascitis plantar que se instaló sin más en mis pies, cuando nunca en el pasado había sufrido de ello, acostumbrada a llevar tacones en mi trabajo, y a usar todo tipo de calzado, incluidas botas de seguridad con metal, no comprendía qué estaba ocurriendo.
Me hice toda clase de cosas, mucho reiki, masajes manuales y con pelotas, estiramientos, utilicé cuarzos, me mandé hacer unas plantillas especiales en el Podólogo… El dolor amainaba un poco, pero siempre volvía a resurgir al rato, algunos días era bastante incapacitante, andar era una tortura.
Un día me puse a conversar con ellos (mis pies) atentamente, y me dijeron que querían andar, participar de la vida, pero yo no lo hacía, por miedos, y era cierto, me sentía extranjera, extraña, no perteneciente, inadecuada, sin identidad, no trabajaba, no había hecho amigos, apenas salía, pasaba los días en casa, casi todo el tiempo sola, distraída, sin sueños ni expectativas a la vista. Literalmente estaba paralizada y eso me dolía internamente, los pies se encargaron de recrear la metáfora interior.
De repente fue mi corazón, quién me puso en contacto de nuevo con mis ilusiones, debía conquistar el nuevo territorio, amar esta tierra como la mía de origen, después de todo, era el mismo planeta que me vio nacer, y debía por lo tanto, ponerme en movimiento. Así que lo primero que hice para desempolvarme, fue fundar una comunidad virtual en MSN donde empecé a compartir ideas, pensamientos y experiencias con otras personas afines. Empecé a hacer amistades, que aunque en su mayoría eran virtuales, llegó el momento de conocernos personalmente, 13 años después mantengo el contacto y el afecto aún con ellas. Me matriculé en clases de quiromasaje en Valencia, lo que me exigía viajar allí dos veces por semana. Seguí estudiando un par de años más otras técnicas manuales y de medicina natural, hice nuevas amistades y empecé a enseñar mis conocimientos sobre las piedras.
Y un día sin más me encontré con que el dolor de pies había desaparecido de la misma forma misteriosa en que había llegado, y no supe más de el durante muchos años …. hasta hace una semana, que volvió. Fui testigo de su llegada, en un nuevo momento de bloqueo, de pronto me sentí incapacitada para tomar una dirección en mis proyectos, una encrucijada mental, que es de lo que se trata casi siempre TODO. Más esta vez, con la lección aprendida del pasado, tomé nota del mensaje enseguida. He reflexionado profundamente, he tomado decisiones y no las he dejado ahí, sino que me he puesto realmente en movimiento y ya las estoy ejecutando con firmeza y seguridad. Estoy ilusionada con esta nueva etapa, y a pesar del vértigo que me produce, no pienso quedarme con dolores, ni mucho menos estancada. He decidido arrojarme una vez más al vacío, confiando en mis alas. Como resultado, de la noche a la mañana, el dolor ya ha disminuido en un 90% y sigue amainando aceleradamente, creo que voy a festejarlo bailando……… :-)
He visto llegar gente a mi consulta completamente bloqueada, contracturada, adolorida, por dentro o por fuera… y la he visto salir relajada…. y volver luego más tarde, igual……. por fortuna, mi fe en el reiki es tan sólida como mi fe en el aire que respiro (que prácticamente viene siendo lo mismo), y no tengo la más mínima duda sobre su eficacia organizativa y armonizadora. Así que mi servicio acaba por lo general, con una conversación…… una muy directa, si toco las teclas adecuadas, puede que la persona se ponga en marcha (mi especialidad es avivar fuegos interiores :-) …. y cuando lo hace, ya no tengo que darle más Reiki, se ha curado a sí misma, ¿no es genial? si!, así de geniales somos los seres humanos, portamos dentro nuestra propia medicina, sólo hay que mirar dentro un poquito y descubrirla….¿te atreves a mirar?
©Rita Páez – http://ReikiEnCastellon.com
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