Dado que suelo escribir sobre la energía en general y sobre el reiki en particular, hoy me gustaría hablar sobre un tema, no poco importante dentro de la concepción holística del bienestar: las pérdidas de energía. Ya que sabemos que Reiki nos ayuda a reequilibrar el flujo de nuestra energía vital, hacemos bien en determinar por dónde se nos fuga, cómo nos abandona, cómo se desgasta y nos induce a querer reponer no sólo nuestra energía, sino también nuestra armonía, ambas cosas íntimamente relacionadas.
¿Cómo podríamos percatarnos de nuestra falta de armonía y bienestar si no es por el acuse de un déficit de energía? no hay clave más inmediata. Lo que muchas veces podemos ignorar es la forma en la que ésta se nos ha escapado. Todos reconocemos el estrés como una gran fuente de fuga, más ésta es sólo una. Hay muchas otras formas, más o menos conscientes o sutiles que también nos pueden desgastar.
La gastamos con el esfuerzo físico y sus abusos, pero también con los devaneos repetitivos de la mente, los pulsos de poder que mantenemos en las relaciones, las adicciones, las distracciones sin ningún fin específico (evasiones), los conflictos interiores no resueltos, la mala gestión de nuestras emociones, etc.
Por increíble que parezca, el cuerpo en general suele ser bastante fuerte, tanto, que incluso puede tolerar usos y abusos durante muchos años, pero la influencia sutil de unos pensamientos no evaluados, no bien gestionados, inconscientes, pueden causar verdaderos estragos en nuestra actitud frente a la vida y a las situaciones que encaramos.
Hay un dicho popular que reza: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Lo que se traduce en: si tus ojos no ven algo, no crearás ningún pensamiento al respecto y por ende ninguna emoción asociada, trátese del tema o asunto de la vida que se trate, lo cuál es indiferente. Una vez llevas tu atención a algo, juzgas, etiquetas y tomas toda clase de previsiones y decisiones mentales al respecto, que con frecuencia son secundadas por algún tipo de emoción. Tu paz puede irse tan fácil por la ventana…
No estoy queriendo insinuar que te aisles del mundo y te conviertas en un/a ermitaño/a (aunque una temporada así, a algunos nos viene muy bien ;-) , más sí intentar encontrar espacios de calma en tu vida diaria adquiriendo hábitos como desconectar un rato para estar a solas contigo mismo/a y recuperar de ese modo la energía perdida. Un baño de inmersión a la luz de las velas, escuchar música relajante, algún hobbie o manualidad que requiera concentración, un paseo por la naturaleza si te lo puedes permitir, o unos minutos de meditación siendo consciente de tu respiración (o de una bonita escena u objeto), la atención plena sobre lo que tus sentidos perciben en ese instante, o una sesión de Reiki, por supuesto…. ¿qué más se te ocurre?
Recuperar la energía cada día está al alcance de cualquiera de nosotros, y no sólo es preventivo para una mejor salud y bienestar, hoy día es prácticamente una necesidad.
La enseñanza de los Hopi nos transmite: “Conoce tu jardín y dónde está el agua” una forma de animarnos a familiarizarnos con nuestro ser interior y lo que le alimenta.
©Rita Páez – http://ReikiEnCastellon.com
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