Durante muchos años con la práctica de Reiki, he llegado a ser testigo de su forma de trabajar, tanto en las evidencias de su influencia más llamativas, como en las formas más sutiles de cambio de conciencia que pueden pasar a veces desapercibidas para el practicante o receptor distraído.
En un primer momento, Reiki otorga gran relajación, una distensión importante de la mente que suelta sus aferramientos compulsivos, una tranquilidad emocional y una sensación general de gran vitalidad. De pronto podemos dejar a un lado todas las cargas interiores que nos oprimen (y aún alguna exterior) y volvemos a ser más libres, más auténticos. Seguir leyendo
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